lunes, 1 de julio de 2013

ACERCAMIENTO A LA LECTURA JUDÍA DE LA BIBLIA

ACERCAMIENTO A  LA  LECTURA JUDÍA DE LA BIBLIA
Hna. Ana Francisca Vergara Abril O.P.



“Una vez Dios habló
Dos veces lo he escuchado”
Sal 62,12


INTRODUCCION 
Desde hace varias décadas los exégetas han resaltado la importancia y la necesidad de acercarse a otros métodos de estudio bíblico diferentes del método histórico-critico. Entre estas aproximaciones la Iglesia se ha abierto, especialmente en la época postconciliar, a la escucha de la lectura judía de la Escritura. En el campo concreto de la exégesis, podemos enriquecernos con la interpretación judía practicada desde hace más de dos mil años; de hecho, se ha aprendido mucho de ella a lo largo de la historia[1]. No es moda,  es ante todo un deber el reconocer la riqueza que ofrece la manera como el pueblo judío interpreta la Primera Alianza, es decir sus propias Escrituras. De esta interpretación conocemos muy poco; sin embargo ella, está presente en lo que llamamos Antiguo Testamento; acercarnos a esta lectura nos abre mil puertas y nos ofrece elementos para comprender mejor la Segunda Alianza[2]. El objeto del presente escrito es desarrollar el aporte de la tradición judía  al estudio bíblico como una posibilidad para quien desee introducirse en el modo como el pueblo de Jesús de Nazaret comprende sus textos sagrados. Es un mundo rico en nuevos significados que llevan a una lectura distinta de la tradicional.
Referirnos a un texto tan rico como la Biblia es, como dice Paul Ricœur:
Entrar a un tipo de mundo que se abre gracias a la profundidad semántica del texto; se trata de un descubrimiento que tiene consecuencias inmensas por lo que respecta a lo que generalmente se llama el significado del texto. El significado del texto no está detrás del texto, sino enfrente de él; no es algo oculto, sino algo develado. Lo que tiene que ser entendido no es la situación inicial del discurso, sino lo que apunta hacia un mundo posible[3].  
La lectura judía o rabínica de la Escritura nos permite acercarnos al método midráshico, éste en palabras de Agustín del Agua Pérez vendría a  completar los métodos tradicionales, que no agotan la interpretación de la Biblia.
En la literatura que relaciona rabinismo y Nuevo Testamento, se observa hoy la superación de los tintes apologéticos y polémicos de otras épocas que habían distorsionado la comprensión rabínica del Antiguo Testamento en su relación con el Nuevo Testamento. Se asiste, por el contrario, a una serena y madura revalorización del midrash/derash en cuanto hermenéutica peculiar del pueblo de la Biblia[4].     
Para entrar en este estudio apasionante y enriquecedor subrayaremos en un primer momento el esfuerzo del Magisterio eclesial, de los últimos años, por valorar la tradición judía, en seguida trataremos de indicar en qué consiste el método de interpretación judía y por último nos acercaremos a algunas técnicas básicas para estudiar un texto bíblico en clave midráshica.

1.      ¿Qué dice el Magisterio acerca de la lectura judía de la Biblia?
Es interesante ver cómo se avanza del querer entablar relaciones de cercanía y respeto, como lo sugiere Vaticano II, a valorar el empleo de la interpretación judía en el estudio bíblico. El tema de la relación de la Iglesia con las religiones no cristianas ocupa un lugar entre los documentos conciliares. Cuando el Concilio habla del judaísmo sitúa la recepción que la Iglesia ha hecho de la Primera Alianza como herencia del pueblo judío. La declaración conciliar Nostra Aetate invita a no olvidar, como dice san Pablo, que la Iglesia se nutre del buen olivo en que se han injertado las ramas del olivo silvestre que son los gentiles[5].
La Pontificia Comisión Bíblica da un paso adelante cuando hace memoria de los métodos judíos que pueden ser empleados por los exegetas en el estudio bíblico. Es interesante hacer lectura de algunos párrafos que desarrollan este tema:
El Antiguo Testamento ha tomado su forma final en el judaísmo de los últimos cuatro o cinco siglos que han precedido la era cristiana. Este judaísmo ha sido también el medio de origen del Nuevo Testamento y de la Iglesia naciente (…) En este mundo comenzó la interpretación de la Escritura (…) Las tradiciones judías antiguas permiten, en particular, conocer mejor los Setenta, la Biblia judía que se convirtió seguidamente en la primera parte de la Biblia cristiana durante al menos los primeros cuatro siglos de la Iglesia, y en Oriente hasta nuestros días (…) La diversidad de las formas es común al Antiguo y al Nuevo Testamento así como a la literatura de todos los medios judíos antes y después del tiempo de Jesús. Los Targumim y los Midrasim representan la homilética y la interpretación bíblica de amplios sectores del judaísmo de los primeros siglos. Numerosos exégetas del Antiguo Testamento buscan iluminación, además, en los comentadores, gramáticos y lexicógrafos judíos medievales y más recientes para comprender pasajes oscuros o palabras raras y únicas. Más frecuentemente que antes, aparecen hoy referencias a obras judías en la discusión exegética. La riqueza de la erudición judía puesta al servicio de la Biblia, desde sus orígenes en la antigüedad hasta nuestros días, es una ayuda permanente de primer orden para la exégesis de ambos Testamentos, a condición, sin embargo, de emplearla correctamente[6].   

La exhortación apostólica postsinodal Verbum Domini, que recoge el Sínodo de la Palabra del 2008, invita al diálogo fraterno entre judíos y cristianos creando oportunidades que han de ser aprovechadas para el encuentro en un debate enriquecedor; favoreciendo el conocimiento mutuo, la estima y, lo que es de subrayar, la colaboración en el ámbito del estudio bíblico[7].
Como bien dice el padre Frédèric Manns, reconocido profesor en Jerusalén y promotor del diálogo judeo-cristiano:
Para comprender los evangelios hay que situarlos en su contexto cultural. Un texto vive en su contexto. Ese contexto no es el del helenismo, sino el del judaísmo helenizado. Es a la luz de la religión de Israel que los evangelios, escritos por judíos para judíos que aceptaron a Jesús como Mesías de Israel, encuentran su verdadera dimensión y ofrecen su mensaje. Aun más, los evangelistas, formados en la Sinagoga, conocían las tradiciones litúrgicas judías que no dudaran en retomar para mostrar su cumplimiento en las palabras de Jesús[8].   
Podríamos decir que la Iglesia y el cristianismo asisten hoy a una revalorización de la lectura judía de la Biblia que como lo afirma Agustín del agua Pérez:
Se comprende no ya como algo sinónimo de fabula, leyenda o narración legendaria, algo fruto de la inventiva de la imaginación, en definitiva no histórico, sino como la mentalidad hermenéutica con que el judaísmo antiguo y el primitivo cristianismo actualizaban el texto bíblico, considerándolo como tradición viva, iluminadora de la realidad presente y futura. De ahí que los presupuestos fundamentales y reglas hermenéuticas del derash cristiano sean en principio las propias del derash judío en cuya tradición se inserta el cristianismo. Por ello, al intérprete del Nuevo Testamento le será imposible hacer exegesis científica sin conocer el derash, sus presupuestos y, en ocasiones, extraños procedimientos, considerados desde nuestra mentalidad moderna[9].

2.      ¿Qué se entiende por métodos judíos de interpretación?
Ante todo es la manera original de leer e interpretar la Torah por un pueblo creyente. Para el judaísmo existen dos grandes textos que nutren su fe: el Tanakh y el Talmud,[10] el primero sería lo que se denomina Primera Alianza y el segundo hace referencia al conjunto de la tradición oral de Israel.
Desde siempre el judaísmo ha escudriñado la escritura, para ellos el Tanakh contiene la norma de su fe y de su actuar. El estudio de este texto y su interpretación planteó el problema de la exégesis. Como dicen Robert y Feuillet, no se debe hablar de exégesis judía en términos de conocimiento científico, sino en términos de vida propios de una cultura[11]. No se pueden entender la exégesis cristiana y judía de la misma manera, pues si para la primera es un trabajo más de orden científico para la segunda es más del ámbito de lo simbólico y lo vivencial; en principio no se utilizan los mismos criterios, ni métodos para acercarse al texto. A este respecto es interesante el aporte de Stefan C. Reif sobre los aspectos de la aportación judía a la interpretación bíblica[12].
Frente al texto escrito, es decir el Tanakh, que ha sido clausurado por el canon judío sin que se  agote su polisemia y que continúa abriéndose a múltiples lecturas, el judaísmo se vio obligado a recurrir a nuevas prácticas como los comentarios. El principal comentario es la Mishná, al lado de esta surgieron otras maneras de comentar la escritura entre ellas podemos nombrar el tárgum, el peser y el midrash.
Severino Croatto, en su Hermenéutica Bíblica, nos ofrece una definición clara de estos términos: 
El targum es la versión del texto hebreo al arameo pero con algunas libertades hermenéuticas que introducen en aquél las actualizaciones imprescindibles del mensaje.
El péser es el comentario a un texto bíblico verso por verso, o eligiendo pasajes específicos. Se cita el versículo y el comentario empieza con el vocablo péser “la explicación de…”, o pisró “su explicación es…” En los rollos del Mar Muerto aparece como género literario característico. Es una forma de relectura del texto canónico.
El midrás, como dejamos dicho más atrás, es la expansión de un texto bíblico expresada como una nueva historia. El acontecimiento narrado en el texto es recreado en función de nuevas situaciones[13]. 

2.1. El Midrash
El principal método de interpretación judío es el Midrash. La palabra Midrash de la raíz hebrea darash, se traduce por “estudio o interpretación”. El Midrash es tanto el método de interpretar la Torah como la literatura relevante. El darash significa inquirir, buscar, investigar, exponer, interpretar y hasta predicar; para aceptar esta diversidad de sentidos es importante recordar que en hebreo una palabra tiene más de un significado. El objetivo de los midrashim (en plural) es extraer y explicar la significación profunda de los textos bíblicos[14]. El Midrash “busca en los textos su valor de vida. Para ponerlos en evidencia, el interprete ilustra las Escrituras sirviéndose de todos los medios de que dispone, con el objeto de hacer surgir más allá de las palabras un sentido relacionado con los problemas de su tiempo”[15].
Retomando a Croatto podemos decir que “el midrás es parte de la literatura rabínica que se remonta a la época de Jesús, si no antes. Hay muchos midrashim rabínicos. Pero el midrás es además de un género literario, un método hermenéutico usado para explorar el sentido profundo de un texto bíblico. En este nivel se lo denomina derás[16].
Un corto escrito como éste no permite desplegar la historia y la riqueza del método midráshico o deráshico,[17] pero abre la puerta a una nueva manera de ingresar en el texto bíblico.  Para entrar mejor en el mundo del Midrash es necesario observar algunas técnicas que ayudan a comprender el valor simbólico de las palabras y de los números. El hebreo es una lengua semítica, en la que toda palabra, toda forma verbal constituye una variación alrededor de una raíz formada generalmente por tres letras, la interpretación de una palabra se basa sobre la raíz y sus múltiples significados.
Los sabios judíos insisten  en el “pardes”, literalmente el huerto, un acróstico que reúne las cuatro letras iniciales de los cuatro métodos tradicionales según los cuales el creyente entra en contacto con los sentidos de la lectura bíblica. La primera palabra es Peshat que significa sentido literal, lectura simple del texto, la segunda es Remez que significa alegoría, la tercera es Derush o derash que significa el sentido homilético y la última es Sod que significa el sentido místico[18]. Estos niveles de lectura llevan progresivamente a desentrañar el pasaje y conducen al lector creyente a entrar en relación más profunda con el texto, en el paso de la letra al espíritu, hasta trascenderlo. La tradición cristiana desde los primeros siglos adoptó estos sentidos de lectura, dándoles un estilo propio, pero muy cercano a la tradición judía. El Catecismo de la Iglesia Católica hace mención de ellos al igual que la exhortación Verbum Domini[19].
En palabras de Paul Ricœur podemos decir que el acto de lectura se puede considerar como una actividad dinámica que no se detiene en repetir significados fijos sino que se ubica en el prolongamiento de itinerarios de sentido abiertos sobre el trabajo de interpretación. Se ve en la lectura de un texto como la Biblia una operación creadora empleada sin cesar en descontextualizar el sentido y en recontextualizarlo en el Sitz im Leben de hoy[20].

 2.2. Principios fundamentales de la lectura midrashica[21].
Como todo método, la manera judía de estudiar e interpretar la escritura posee unos principios esenciales que deben conocerse y tenerse en cuenta:
2.2.1.      La unidad de la Escritura: un texto de la Torah debe ser leído en relación con los textos de los Profetas y los Otros Escritos (Torah, Nebiim y Ketubiim). Por ello siempre en la lectura sinagogal a un texto de la Torah o Pentateuco corresponde una Haftará[22] o texto de los Profetas.
2.2.2.      La unidad entre las diversas partes de la Escritura: no solo existe unidad entre las tres partes del Tanak, sino que al interior de los diversos libros y al interior de los pasajes de un libro. Es la llamada analogía de las partes de la Biblia.
2.2.3.      Escritura explicada por la Escritura: el resultado de la unidad existente entre las partes y al interior de las partes de la Biblia es la explicación el texto por el mismo texto.
2.2.4.      La Biblia tiene pluralidad de sentidos: la Escrituras es la palabra de Dios para todo hombre y en todo tiempo por ello se abre a una pluralidad de sentidos inagotables.

Sin embargo es importante resaltar que el estudio y la exégesis bíblica en el judaísmo no son jamás la obra de un estudioso solo sino la obra de una comunidad de estudio, guiada por un maestro espiritual  en Torah, que al mismo tiempo guarda una cierta unidad con otros maestros. Esta unidad evita la proliferación de lecturas malsanas. El sentido es infinito pero está regulado por la comunidad de sabios.

2.3. Algunas técnicas para abrir el sentido de las palabras en la lectura judía de la Biblia.[23]

2.3.1.      La anfibología: Una palabra lleva en sí varios significados que ayudan a interpretar el texto desde diferentes miradas de fe, los sabios judíos invitan a no quedarse sólo con un sentido de la escritura sino a abrirse a otro y otros más. Como bien lo dice el salmo: “Una vez Dios habló y dos veces yo entendí” (Sal 62,12).
2.3.2.      El hapax: Palabra que aparece sólo una vez en el texto bíblico y que abre a interpretaciones audaces.  Se enumeran más o menos 200 hapax en la Biblia, por ejemplo las palabras pastora que se refiere a Raquel en Gn 28,9; artista en Ct 7,2; muro (kotel) en Ct 2,9.
2.3.3.      La conformidad verbal: Los versículos gemelos que presenten un mismo giro o expresión reclaman una atención particular, hacen un llamado a ir más allá en su interpretación. Los versículos Gn 2,23 y 2S 19,13 son un claro ejemplo.     
2.3.4.      La gematría: del griego γεωμετρα o valor numérico, es una de las técnicas hagádicas de interpretación, consiste en explicar una palabra o un grupo de palabras de acuerdo con los números que le dan valor a las letras, se sustituyen letras por números, así una palabra puede tener varios significados. Permite ir de una palabra a la otra para abrir el sentido[24]. Un ejemplo de gematría puede ser los nombres de Abram y Abraham, el primero tiene un valor numérico de  243 y significa un cuerpo imperfecto, mutilado e incompleto y el segundo tiene un valor numérico de 248 y significa un cuerpo entero, completo, perfecto, con todos sus miembros.
2.3.5.      El notaricón: o acróstico, es un sistema de abreviaciones, en el que se escribe tan sólo una letra, casi siempre la primera, de cada palabra. Este método es usado en la interpretación del Pentateuco y hace parte de las 30 o 32 reglas hermenéuticas judías. La palabra notarikon aparece sólo en la Mishnah (Shabad 12:5).[25] Dos ejemplos sencillos de notarikon en la lectura judía de la Biblia son el nombre de ADaM, [26]: A de Adón (señor) D de David (rey) y M de Mesías, es decir que el nombre de Adam encierra ya en él tres adjetivos claves de la relación del ser humano con la creación y con Dios. Y el nombre de Macabeos: MaKaBY: M de mi (quién es), K de Kamakha (como tú), B de Baelim (entre los dioses), I de Ihachem (Hachém), así este nombre no es el de una persona sino una pregunta sobre Dios: ¿Quién es como tú entre los dioses Señor?  

Resumiendo, podemos decir con Eisenberg y Abecassis que la Escritura no pide ser explicada sino interpretada y que tanto los autores que la han escrito como los rabinos que la han transmitido no tienen nuestra mentalidad y no se pronuncian sobre el plano científico. Su inquietud es la del sentido y la significación. La Biblia se interroga sobre el significado de la existencia[27].  

CONCLUSION
Interpretar la Torah ha sido desde siempre la esencia misma de la vocación judía en el sentido musical de la palabra Torah, sinfonía sagrada, en la que cada generación de maestros, eruditos y simples fieles dan su interpretación[28]. En la tradición judía traducir es imposible, se hace un ensayo de traducción.  Hay que ir del “eso no dice nada al eso lo dice todo y quedarse en el podría ser”, pues siempre una palabra invita a que se avance en profundidad. La interpretación judía abre al lector cristiano a un universo nuevo que permite descubrir que hay mil puertas para entrar en el texto que se hace palabra de Dios. Son tantas las puertas para entrar en la Escritura como las palabras que ella contiene, cada una abre una puerta y nos lleva al mismo destino: el encuentro con el Señor, con nosotros mismos y con la comunidad, no se puede entrar por todas las puertas a la vez, hay que escoger una y entrar por ella, las otras se abrirán progresivamente.
En palabras de Umberto Eco el lector ya es deseado por quien escribe el texto pero siempre está llamado a ir más allá pues es quien da vida al texto cuando se deja cautivar por él.
¿Qué lector modelo quería yo mientras escribía? Un cómplice, sin duda, que entrase en mi juego. Lo que yo quería era volverme totalmente medieval y vivir en el Medioevo como si fuese mi época (y viceversa). Pero al mismo tiempo quería, con todas mis fuerzas, que se perfilase una figura de lector que, superada la iniciación, se convirtiera en mi presa, o sea en la presa del texto, y pensase que sólo podía querer lo que el texto le ofrecía. Un texto quiere ser una experiencia de transformación para su lector[29].

Así, estamos invitados a entrar en la Biblia, dejándonos tomar como presas por ella, dejándonos cautivar para que nos transforme.
Gracias a esta panorámica del aporte del judaísmo a la exégesis, se puede concluir que no existe traducción definitiva, que el texto no admite lo definitivo pues siempre tiene algo más que decir al lector cristiano si este está atento. Hay que recordar que según el judaísmo lo importante no es atravesar la Biblia desde la primera hasta la última letra, sino que la Biblia atraviese al lector.
Como bien lo anota Ricœur “La interpretación de un texto se acaba en la interpretación de sí de un sujeto que desde entonces se comprende mejor, se comprende de otra manera o, incluso, comienza a comprenderse”[30].
Comprender un texto es comprenderse delante del texto. Así cada lector debe buscar y poseer su sentido de lectura y para ello comprender las palabras y las frases es esencial. Ninguna letra ni ninguna palabra está inscrita en el texto porque sí, cada una tiene un por qué, cargado de significado. Cada letra y cada palabra lleva en sí una misión.
Las frases del texto significan hic et nunc. Por ello el texto actualizado encuentra un ambiente y una audiencia, retoma su movimiento, interceptado y suspendido, de referencia hacia un mundo y a los sujeto. Este mundo es el mundo del lector; ese sujeto es el lector mismo. En la interpretación la lectura se hace como una palabra. No decimos que se hace palabra. Pues la lectura no equivale jamás a un intercambio de palabras, a un diálogo, sino que la lectura termina concretamente en un acto que es al texto como la palabra es a la lengua, es decir acontecimiento y  e instancia del discurso. El texto solo poseía un sentido, relaciones internas, una estructura, pero ahora posee un significado[31].


BIBLIOGRAFIA

1.      Textos bíblicos
La Bible de Jérusalem. Paris: Les editions du Cerf. 1991
Biblia Hebraica Stuttgartensia. Funfte: Deutche Bibelgesellschaft. 1997
Reymon, Philippe. Dictionnaire d´hebreu et d’araméen bibliques. Paris: Le Cerf – Société Biblique Française. 2004.
 
2.      Textos del Magisterio
Catecismo de la Iglesia Católica. Bogotá: San Pablo. 2000.
Concilio Vaticano II. Declaración Nostra Aetate. Bogotá: San Pablo 2000.
Exhortación Apostólica Postsinodal “Verbum Domini”. Bogotá: Paulinas 2010 
   
Pontificia Comisión Bíblica. “La interpretación de la Biblia en la Iglesia” (15 de abril de 1993), http// www.vatican.va/roman_curia/congregations (consultado el 17 de febrero 2011)
Pontificia Comisión Bíblica. “El pueblo judío y sus escrituras sagradas en la Biblia cristiana” (24 de mayo de 2001), http// www.vatican.va/roman_curia/congregations (consultado el 17 de febrero 2011)

3.      Libros y artículos
Barton, John. La interpretación bíblica hoy. Madrid: Sal Terrae. 2001.
CIEM. Actes Premier Colloque International d’Etudes Misdrashiques, Etel: 2005.
Caba, José. “L’esegesi tra teología e prassi. Métodos exegéticos en el estudio actual del Nuevo Testamento”. Gregorianum 73 (1992): 611-669.
Croatto, José Severino. Hermenéutica bíblica, un libro que enseña a leer creativamente la Biblia. Buenos Aires: Lumen. 1994. 
Del Agua Pérez, Agustín. El método midrásico y la exégesis del Nuevo Testamento. Valencia: Biblioteca Midrásica 4. 1985. 
Eco, Umberto. Apostillas al Nombre de la Rosa. Editorial Lumen
Eisenberg, Josy, y Abécassis Armand. A bible ouverte, la genèse ou le libre de l’homme. Paris: Editions Albin Michel. 2004.
Manns, Frédèric. Le judaisme, milieu et mémoire du Nouveau Testament. Jerusalem: Franciscan Printing Press. 2001.
Newman, Yacob y Silvan, Gabriel. Judaismo A-Z, léxico ilustrado de términos y conceptos. Jerualem: Departamento de Educación y Cultura religiosa Sionista. 1983  

Ricœur, Paul. Du texte a l’action. Essais d’herméneutique. II. Paris: Éditions du Seuil. 1986 
Ricœur, Paul. «La Bible et l’imagination». Revue d´histoire et de philosophie religieuses 4 (1982): 339-360.
Ricœur, Paul. Teoría de la interpretación, discurso y excedente de sentido. Nueva York: siglo XXI editores.  2006.
Robert, A, y Feuillet A. Introducción a la Biblia. Barcelona: Herder. 1965.
Skolnik, Fred, y Berenbaum, Michael. Encyclopaedia Judaica. Vol 7. New York: Thomson- Gale 2007. pp. 424-426


[1] Pontificia Comisión Bíblica “El pueblo judío y sus escrituras sagradas en la Biblia cristiana”.
[2] Utilizaré en el presente ensayo los términos Primera y Segunda Alianza para referirme a lo que habitualmente llamamos Antiguo y Nuevo Testamento, después del Concilio Vaticano II gracias a la reflexión entre grupos judíos y cristianos se adoptan más a menudo estos términos.
[3] Ricœur, Paul. Teoría de la interpretación, discurso y excedente de sentido. p. 100.
[4] Del Agua Pérez, Agustín. El método midrásico y la exegesis del Nuevo Testamento. p. 23
[5] Concilio Vaticano II. Nostra Aetate,   436- 437.
   Rm 11,17-24
[6] Pontificia Comisión Bíblica. La interpretación de la Biblia en la Iglesia.
[7] Verbum Domini 43.
[8] Manns, Frédèric. Le judaisme, milieu et mémoire du Nouveau Testament. 9.
[9] Del Agua Pérez, Agustín. El método midrásico y la exegesis del Nuevo Testamento. p. 32
[10] Tanakh es el acrónimo de tres palabras: Torah que designa el Pentateuco, Néviim, los profetas y Kétouvim, los escritos hagiográficos.  El Talmud que se puede traducir por “lo que es estudiado” contiene el conjunto de tradiciones orales de Israel.
[11] Robert, A, y Feuillet A. Introducción a la Biblia. 183. 
[12] Barton, John. La interpretación bíblica hoy. 171-188
[13] Croatto, J. Severino. Hermenéutica bíblica, un libro que enseña a leer creativamente la Biblia. p. 76  
[14] Newman, Yacob, y Sivan, Gabriel. Judaísmo A-Z. Léxico ilustrado de términos y conceptos, 152.
[15] Robert, A, y Feuillet,  A., 185.
[16] Croatto, J. Severino. Hermenéutica bíblica, un libro que enseña a leer creativamente la Biblia p.76
[17] Se pueden emplear esos dos nombres para hablar del mismo método, pues como se ha dicho los dos vocablos provienen de la misma raíz: daresh.
Caba, José. L’esegesi tra teología e prassi. Métodos exegéticos en el estudio actual del Nuevo testamento. Gregorianum 73 (1992): 611-669.
[18] Newman, Yacob y Silvan, Gabriel. Judaísmo A-Z. Léxico ilustrado de términos y conceptos, 182-183
[19] Catecismo de la Iglesia Católica. 115-119.
    Verbum Domini 37.
[20] Ricœur, Paul. La Bible et l’imagination. 339.
[21] Del Agua Pérez, Agustín. El método midrásico y la exegesis del Nuevo Testamento. pp. 49-54
[22] Haftará: lit. “conclusión” Porción de los profetas que se lee en la sinagoga después de la sección prescrita (Sidrá).
[23] CIEM. Actes Premier Colloque International d’Etudes Misdrashiques,  3-4.
[24] Skolnik, Fred, y Berenbaum, Michael. Encyclopaedia Judaica. Vol.  7.  424-426.
[25] Ibid. Vol. 15. 314-315.
[26] ADaM escrito con M final, pues en español muchas de las palabras que en hebreo terminan con M fueron traducidas con N, así tenemos Adán, Jerusalén… mientras que en otras lenguas se mantuvo la M.
[27] Cfr. Eisenberg, Josy, y Abécassis Armand. A bible ouverte, la genèse ou le libre de l’homme. 14-18.
[28]  Ibid. 10.
[29] Eco, Umberto. Apostillas al Nombre de la Rosa. p. 22.
[30] Ricœur, Paul. Du texte a l’action. Essais d’herméneutique. II. p. 152.
[31] Ibid. p. 153.

8 comentarios:

  1. personalmente me gusto muchisimo porque tiene mucho material para trabajar en las catequesis, y a manera personal, es darle otro sentido y otra vision mas concreta y mas profunda de ver la biblia interesandonos por la primera alianza.
    LUZ H.

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  2. Me parece de gran valor este documento, en primer lugar por que se convierte en riqueza Espiritual. Segundo, una manera nueva de interpretar la Biblia desde sus raices, diria yo desde sus fuentes, porque a partir de esto me da alegria de ir a lo nuevo a lo tradicional al fundamento primordial, a una lectura y profundización que me lleva a quitar la pereza del gusto por la PALABRA.
    Cada aprendizaje recibido para la profundización de la PALABRA es un tesoro porque abre las puertas para dejarme tocar, cautivar por lo que nos trasforma, y solo se da en la medida en que hagamos del conocimiento de la palabra un nuevo camino que nos lleve o me lleve a una experiencia de vida que se convierte en experiencia de fe.
    Me parece lindo el hebreo, como es de emocionante poder pronunciar palabritas ya lo hace a uno distinto y con el deseo de aprender mas.
    No me parece que sea todo tan rápido es un brochazo y si no ha practica pues queda en una clase y paso, eso me cuestiona.
    Es la alegría de conocer que esto es de esfuerzo de tantos que buscan comunicar si conocimiento y que otros se apasionen por lo mismo.
    Me parece importante abrir las puertas a este conocimiento hebreo depende de mi el continuar acercándome en la búsqueda de mas información, para llegar a adquirir destrezas en la lectura de la Biblia que no sea superficial sino profunda.
    Importante todo para muy novedoso .
    Muchas gracias
    Elba Inés


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  3. La verdad es muy importante e interesante este ensayo para valorar todos los recursos que nos ofrece la tradiciòn y exegesis judia para lograr una comprensiòn màs clara de los textos.
    Valoro la estrecha relaciòn de la primera alianza con la segunda alianza y la unidad de toda la Escritura.
    Blanca D.

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  4. Hermana Ana francisca, gracias por brindarnos estas herramientas tan valiosa y muy ideal para el estudio de la biblia y el trabajo pastoral.
    Me parecio muy interesante el documento.

    Sobre todo el saber que la Iglesia esta asistiendo hoy a una relalorización de la lectura Judia de la Biblia. puesto que concidero de gran importancia el evangelizar desde un lenguage mas contextualizado y desde la cultura Judia propia de Jesùs.

    Comparto su opinion en cuanto que no se puede hablar de exégesis judía en conocimiento científico, sino en términos de vida propia de una cultura. aunque me confunde un poco el termino en "comocimiento cientifico" y la interpretacion del termino "Notaricom".

    Le agradecería Hna. Si me colabora, en la interpretación de mis inquietudes. Gracias.

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  5. El Cristianismo históricamente, ya sea por orgullo, o por falta de visión, ha hecho su propia interpretación de los escritos Bíblicos del Nuevo Testamente, porque se supone, corresponden claramente a una época nueva, en la que la fe Judía, vio como nacía de si una nueva rama, tan grande que llegaría hasta los confines del mundo, eso hace que la visión particular de los Judíos no este respetuosamente estudiada, además, a Cristo se ve solo como cristiano, olvidándonos de su entorno y pertenencia Judía, que lo formo, lo educo lo vio crecer, lo cobijo en su seno y donde Dios lo coloco como Mesías.
    Esto hace que tengamos que regresar a los primeros siglos y hacer un estudio más concienzudo de los aspectos que rodearon el nacimiento, juventud, etapa publica de Jesús y así tendremos más claridad en el legado que nos dejó, como nos habló y nos habla ahora, la claridad de su mensaje y la depuración del mismo, para que sea todavía más actual y más directo.
    El acercamiento que ha tenido el Cristianismo sobre esto, no es el primer acercamiento, ya que varios Rabinos han hecho lo propio ya que Jesús para ellos no es ajeno, es uno de sus grandes Rabinos.
    El A.T. y el N.T., en realidad son una unidad, que se ha querido separar como se separan los pueblos, colocando fronteras, pero realmente están tan unidos, que si cortamos esos lazos estaremos cercenando la verdad revelada de Dios, y nos privaremos de un mensaje veraz y nos adentraremos en especulaciones, que no dejaran ver el mensaje de salvación.
    Los métodos judíos para el estudio de las escrituras expuestos en el anterior escrito, permiten como herramientas útiles, dar continuidad a la unidad del mensaje salvífico, dándole fa contundencia y Valor que debe tener.
    La utilidad de estas herramientas, están en el uso correcto y adecuado que les demos, tratando de estudiar estos métodos a profundidad y nos darán la posibilidad de entender mejor la Escrituras, los por qué? Que tanto nos acosan y a los que a veces no damos la respuesta adecuada, ayudando a esconder el sentido real del mensaje del anuncio.

    FAUSTO ALEJANDRO SALAMANCA

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  6. La búsqueda constante de la Iglesia de nuevos métodos de estudio bíblico le ha llevado a descubrir elementos concretos para la interpretación de las sagradas escrituras, comenzando en la interpretación y compresión de la primera Alianza que es o debe ser el punto de partida para la compresión del Nuevo testamento como le llamamos.
    Con esta metodología de interpretación, la iglesia nos abre nuevas puertas para entender la palabra de Dios.
    Para que esa nueva metodología para la iglesia sea efectiva y afectiva debemos entablar relaciones de cercanía, respeto y reconocimiento al pueblo Judío como el pueblo de la primera Alianza así como nos dice San Pablo: “la iglesia se nutre del buen olivo en que se han injertado las ramas del olivo silvestre que son los gentiles” ese buen olivo que representa los judíos y la invitación de Saban, Mario Javier que nos hacen un llamado de no separación del cristianismo del judaísmo: “no podemos estudiar a Jesús desde el cristianismo, porque Jesús no era cristiano, sino un Judío”.
    Debemos conocer esos métodos judíos de interpretación de la palabra comenzando por el principal que el Midrash: interpretación de la Torah como literatura relevante que busca la valoración de la vida de los textos.
    Por lo tanto el cristianismo se entiende solo desde el judaísmo, necesitamos volver a la interpretación Judía de la palabra de Dios para comprender el nuevo universo que permite descubrir las mil puertas para entrar en el texto que se hace palabra de Dios.
    Kinzenze Mbaki Mélanie

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  7. "No se ama lo que no se conoce"
    El poder penetrar cada palabra de la escritura conociendo su contexto, es poder llegar a interpretar lo que realmente ella nos quiere revelar.
    Valoro profundamente este artículo, las sugerencias que nos hace acerca de la manera en como hacer exégesis partiendo de la interpretación de cada palabra, de cada verso y sobre todo teniendo muy presente el contexto Judío (la cultura, la mentalidad, la simbología etc). en que fueron escritas las sagradas escrituras. Es también una invitación, que pienso, se hace urgente a abrirnos y compartir nuevas posturas frente al Judaísmo, a saber interactuar, compartir, y descubrir las riquezas que ellos nos presentan por el hecho de ser los conocedores sus tradiciones, tanto religiosas como culturales, esto nos permite abrirnos nuevas puertas para poder conocer realmente lo que Dios nos quiere revelar. Sin todo ello se hace imposible conocer la persona y la divinidad de Jesús a quien buscamos conocerle, seguirle y anunciarle. María Rincón C.

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  8. Al leer el texto y mirando este acercamiento de la lectura judía y de la biblia es enriquecedor para nuestro conocimiento de la cultura judía , que es la base del cristianismo, en este actual recuperación del dialogo judeo-cristiano se adquiere una nueva visión de la tradición judía, no solo para la época de Jesús, sino para nuestros días: esto me hace compenetrar con estos siglos tan importantes para un mayor conocimiento de esta lectura para llegar hacer una exegesis de la palabra de Dios en el Antiguo y nuevo testamento .
    Donde podemos hacer preguntas como ¿ Puede ser fundamentada y asumida hoy día? desde la perceptiva de la exegesis histórico- critico.

    gracias : Juan Carlos Cardenas Diaz

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