domingo, 15 de septiembre de 2013

LOS SEIS DIAS DE LA CREACION


SEIS   DÍAS PARA MODELAR Y ORGANIZAR EL MUNDO
Un mundo cada vez más bueno
 
Siguiendo la tradición judía, a partir del árbol de la vida kabalístico, decimos que los seis días de la Creación y los seis mil años de existencia del mundo representan los seis atributos Divinos básicos: Bondad (Jésed), Rigor (Guevurá), Belleza (Tiféret), Victoria (Nétzaj), Gloria (Hod) y Fundamento (Yesod). De acuerdo con Najmánides, estos seis mil años reflejan los seis días de la Creación. Inclusive compara los sucesos de cada día y su correspondiente milenio.

La palabra creación es verdaderamente apropiada para cuando el hombre es creado. Dios obró y moldeó durante seis días hasta que el mundo fue suficientemente preparado para ser habitable por el hombre. El hombre entra en el relato en el sexto día, por ello la tradición no emplea una expresión que se pueda traducir por los seis días de la creación.

Se habla tradicionalmente de sheshet yemei hamaasseh,  los 6 días de la obra del comienzo o de maasseh Bereshit, la obra del comienzo simplemente. Los rabinos dicen que la Briah, la creación,  no duró seis días sino un instante.

Dios crea por su palabra, el habla. Dios crea separando (4 veces), distinguiendo. El principio de separación por excelencia es la luz. No hay que confundir la luz del día uno con la luz del día cuarto, la luz del día uno es diferente de las luminarias del cuarto día, después del tercer día en que se crean las plantas y los animales en quienes ella juega un papel especial. El tercero y el sexto día son días de doble creación y de doble evaluación positiva. Dios ve que es bueno.

Se da una simetría, dos veces tres días más un día el shabat. La primera secuencia se termina con las plantas y la segunda con el hombre.

La creación se desarrolla de manera muy lógica en tres momentos: se da un proyecto de creación en el que Dios piensa, proyecta, desea. Luego viene la realización, los deseos de Dios se cumplen y al final aparece la evaluación, Dios ve que lo ejecutado es bueno y hasta muy bueno.

La luz está presente en el inicio de cada secuencia. Primer día y cuarto día. Si en la primera secuencia se habla de separación sin posibilidad de movimiento en los seres creados, en la segunda ésta se deja ver por el desplazamiento o no desplazamiento que va in crecendo hasta llegar al ser  humano que es libre.

Este relato construido con cuidado y coherencia no solo describe una cosmología, los sabios dicen que hay una creación antes de la creación Pr 8,22: la creación de la Torah que ha precedido la creación del mundo. La Torah es el plan necesario para la construcción del mundo (Rashí) así se entiende Bi-reshite, con la ayuda de la Torah, del comienzo, Dios crea. La Torah ha precedido la creación pero no ha precedido a Dios.

La creación es el acto de la suprema bondad divina que lleva a la cima de la creación: el hombre bueno por naturaleza. Toda la obra creadora es buena, en ella no hay nada que no lo sea, incluso las bestias y los animales más desagradables para el hombre como son aquellos que se arrastran, son buenos y tienen su espacio en la creación.  

 DÍA UNO – día para ordenar

En el primer día de la Creación, brilló Jésed (Bondad); por lo tanto, ese día fue creada la luz infinita. Del mismo modo, los primeros mil años de historia fueron asimismo un período de bondad -jésed-. La Divinidad abundaba, las personas vivían largamente y "eran alimentados por la bondad del Santo, bendito sea".

 1 1 En el principio del crear de Dios los cielos y la tierra. 2 Cuando la tierra era confusión y vacio, con oscuridad sobre la superficie del abismo, y la respiración de Dios planeaba sobre la superficie de las aguas. 3 Entonces  Dios dijo: «Haya luz», y hubo luz. 4 Vio Dios que la luz era buena, y Dios separó entre la luz y la oscuridad; 5 y Dios llamó a la luz Día, y a la oscuridad la llamó Noche. Y hubo anochecer y hubo mañana, día uno.
El versículo 1 ya nos habla de la totalidad de la obra divina, cielos y tierra muestran los dos polos del mundo creado.
El día uno es un día para dar inicio a la obra armoniosa, para ello es necesario ordenar, iluminar, dejar que la respiración divina actué.
Se va de la noche a la mañana, como es organizado el día judío, desde la noche se prepara el día.

SEGUNDO DÍA – día para purificar, sanear

El segundo día, la Guevurá (Rigor) se tornó activa, y de ello resultó la separación entre las aguas inferiores y las aguas superiores. A su vez, los segundos mil años después de la Creación fueron una era de severo juicio, cuyos puntos máximos fueron el gran Diluvio y el episodio de la Torre de Babel.

6 Dios dijo: «Haya expansión en medio de las aguas, y que separe las aguas de las aguas». 7 Dios hizo la expansión; y separó entre las aguas que estaban debajo de la expansión, y las aguas que  estaban por encima de la expansión. Y fue así. 8 Dios llamó la expansión Cielos. Y hubo anochecer y hubo mañana, segundo día.

Estos versículos se centran en las aguas. En el lenguaje semita agua es siempre nombrada en plural “aguas”. Esta palabra se repite frecuentemente ya que para el pueblo de Israel era preciosa. Tiene una dimensión ecológica fuerte cuando se le relaciona estrechamente con el entorno natural por ser el segundo elemento más importante del planeta. Desde el Génesis hasta el Apocalipsis hay una gran inclusión del Agua símbolo del Espíritu de Dios. Estos textos son representativos: Gn 1,35; Ap 22,17; Ez 47,1-8; Hch 16,13 (donde no hay sinagoga, la comunidad se reúne a la orilla del rio).
El agua a su vez introduce el tema precioso de la maternidad. La madre tierra está presente y el agua es la representación del Espíritu de Dios.

Una dimensión importante del agua en casi todas las culturas y religiones es su simbolismo de elemento purificador. El agua sanea como lo dice Ezequiel en el capítulo 47. Limpia lo pútrido y hace que el hombre se libere de la podredumbre.
 
TERCER DÍA – día del engendramiento

El tercer día, del que la Torah dice dos veces: "y fue bueno", la Tiféret (Belleza) se manifestó y comenzó la perfección del universo: apareció la tierra firme y la vegetación comenzó a crecer. En concordancia, durante el tercer milenio comenzó a revelarse el propósito de la creación a través del Éxodo de Egipto, la aparición del pueblo de Israel y la entrega de la Torá.

9 Dios dijo: «Que se reúnan las aguas de debajo de los cielos en un solo lugar, y que sea visto lo seco»; y fue así. 10 Dios llamó a la parte seca Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares; y vio Dios que era bueno. 11 Dios dijo: «Produzca la tierra vegetación: hierba que permita sembrar semillas, árbol de fruto que produzca según su especie, cuya semilla esté en él, sobre la tierra». Y fue así. 12 La tierra produjo vegetación: hierba que permite sembrar semilla según su especie, y árbol que produce fruto cuya semilla está en él, según su especie. Y vio Dios que era bueno. 13 Y hubo anochecer y hubo mañana, tercer día.

En el texto aparece una palabra en hebreo Zera que significa descendencia, en griego esperma concluyendo que Semilla es lo que todo ser viviente tiene dentro de sí que hace posible procrear. Según este enfoque de la palabra semilla todos somos llamados a procrear para dar y prolongar la vida de ahí que es contra natura la manipulación genética tan común hoy en el mercado.

CUARTO DÍA – día de nuestros modelos arquetípicos

El cuarto día, Dios colocó dos grandes luces en los cielos y en el cuarto milenio, los dos Templos iluminaron el mundo.

14 Dios dijo: «Haya luminarias en la expansión  de los cielos, para separar entre el día de la noche, y que sean  para y para tiempos designados, y para días y años;  15 y que sirvan de luminarias en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra». Y fue así. 16 Dios hizo las dos grandes luminarias; la luminaria grande para regir durante el día, y la luminaria pequeña para regir durante la noche, y las estrellas. 17 Dios las puso en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra, 18 y para regir de día y de noche, y para separar la luz y la oscuridad. Y vio Dios que era bueno. 19 Y hubo anochecer y hubo mañana, cuarto día.

Los astros nos ayudan a marcar cada año, días, horas minutos y segundos, nuestras fiestas para organizar la vida tanto en el día como en la noche. El texto bíblico hace alusión a luminarias, astros mayores y menores es decir, los deja neutros a cualquier nominación en particular, no los llama sol o luna. La luminaria gigante es por supuesto el Señor mismo que nos guía y nos ilumina invitándonos a ir hacia el oriente. La luminaria menor y las estrellas son tantas personas que han ido ayudando a orientar nuestra existencia.

Como dice el profeta Daniel: los maestros brillaran como brilla el firmamento, y los que convierten a los demás, resplandecerán como estrellas, perpetuamente. (Dn 12,3)
 
QUINTO DÍA – día de las aguas matriciales

En el quinto día, las aguas se plagaron de criaturas vivientes y las aves volaban sobre la tierra, aludiendo al reinado de las naciones gentiles en el quinto milenio.

20 Dios dijo: «Que las aguas produzcan seres pululantes de alma viviente y aves que vuelen sobre la tierra frente a la expansión de los cielos». 21 Y Dios creó a los grandes monstruos marinos y todo ser viviente, que se arrastra, que las  aguas produjeron según sus especies, y a toda ave según su especie. Y vio Dios que era bueno. 22 Y Dios los bendijo diciendo: «fructifiquen y multiplíquense, y llenen las aguas de los mares. Y que las aves se multiplique en la tierra». 23 Y hubo anochecer y hubo mañana, quinto día.

La vida procede del agua, Dios ve que es bueno y por primera vez ordena que la naturaleza viva un acto de procreación. Todos los seres vivos en la creación están llamados a generar vida. En el quinto día Dios bendice la vida que procura vida.
 
SEXTO DÍA – día del ADAM

El sexto día, Dios completó el mundo al crear al hombre. Así también, en el sexto milenio, el hombre perfecto y completo, el Mesías, será creado y revelado. En las palabras de Najmánides: "¡Este es el hijo de David, creado a imagen de Do-s!". Preparar al mundo para la redención es, por lo tanto, la tarea del sexto milenio, en cuyo transcurso el Mesías se revelará.

24 Dios dijo: «Que la tierra haga salir seres vivientes según su especie, bestias y criaturas rastreras, y fieras de la tierra según su especie; y fue así. 25 Y Dios hizo a las fieras de la tierra según su especie, y a las bestias según su especie, y a toda criatura rastrera del suelo según su especie. Y  vio Dios que era bueno. 26 Dios dijo: «Hagamos un Adam con nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y que domine sobre los peces del mar y en las aves de los cielos, y sobre las bestias y sobre toda criatura rastrera que se mueve sobre la tierra.
27 Y creó Dios al Adam con su imagen, con la imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
28 Dios los bendijo, y Dios les dijo: «Fructifiquen y multiplíquense y llenen la tierra y sométanla; y dominen sobre los peces del mar y sobre las aves de los cielos y sobre todo animal que se mueve sobre la tierra».
29 Dios dijo: «he aquí que les he dado toda hierba que produce semilla que está sobre la superficie de toda la tierra, y todo árbol que tiene fruto arbóreo que produce semilla; será  alimento para ustedes 30 y para todo animal de la tierra y para toda ave de los cielos y para todo ser que se mueve sobre la tierra en el que haya alma viviente, toda verdura herbácea será alimento». Y fue así.
31 Dios vio todo lo que había hecho, y he aquí que era muy bueno. Y hubo anochecer y hubo mañana, sexto día.

Dios crea al Adam, hagamos…hacer al humano a la imagen de Dios, a la imagen de quien no tiene imagen. El humano tiene como función de dominar, si el merita puede dominar pero si él no merita estará bajo la especie animal.
Dios crea lo humano a su imagen, masculino y femenino. A partir de este humano se determinan el hombre masculino y el hombre femenino. Los dos son creados al mismo tiempo. Dios evalúa y ve que es muy bueno. Meod, en hebreo, puede leer como el hombre es bueno, es el anagrama de  Adam. Se  puede leer: y he aquí que el hombre es bueno.
En el segundo relato se nos dice que el hombre se durmió y de una costilla se modelo a la mujer. Los sabios no lo presentan así pues la raíz de sueño es domh, el silencio. Por ello para  que el otro tome la palabra hay que hacer silencio, solo así el otro puede aparecer.

El otro en su dimensión femenina no es una costilla, dice Rashí, como un lado del humano. El Midrash retoma esta idea: cuando el humano fue creado se tomó uno de sus lados y Dios formó la mujer y los colocó uno delante del otro, la dimensión de lo femenino o de lo masculino se descubre cuando estamos frente a frente. (Génesis Rabah 1,8).

Se llamará Isha pues fue tomada de Ish. A los dos los une Esh, el fuego. En hebreo son dos términos que vienen de la misma raíz para decir hombre y mujer. Hay una igualdad inscrita en la gramática hebrea.

SEPTIMO DÍA – día de la plenitud
 
2 1 Así fueron concluidos los cielos y la tierra y todos sus componentes. 2 Dios concluyó en el séptimo día su labor que había hecho, y cesó en el séptimo día de toda su labor que había hecho.
3 Dios bendijo el séptimo día y lo consagró, porque en él cesó Dios de toda su labor, la que Dios había creado para hacer.
 
El shabat, culmen de la obra de Dios, día de relación estrecha entre Dios y el hombre. Todos llamados al descanso para estar disponibles al encuentro. Día para construir nuestro altar a Dios y consagrar, como Él consagro el séptimo día, todo lo recibido en su obra creadora. Por primera vez aparece la palabra consagrar, separar. Es el día de Dios, día en que el hombre debe separarse también, de tanto que lo agita a lo largo de la semana para estar a la escucha de Dios. Este es el verdadero sentido del Shabbat.

 
EL LABERINTO ESPIRITUAL,
UNA MANERA PARA MEDITAR LOS DÍAS DE TU PROPIA CREACIÓN

Muchas tradiciones han elaborado laberintos como un proceso de interiorización y conexión con lo más profundo del ser. El laberinto está universalmente reconocido como símbolo de Totalidad y Unidad. Hacer el camino de afuera hacia adentro, del día uno a l día séptimo es comenzar un proceso de renacimiento. Caminar lentamente, meditando, hacia el centro de nuestra vida de fe, construyendo altares en cada vuelta, avanzando siempre hacia el centro, para luego emerger hacia fuera por el mismo camino recorriendo nuestra vida, nuestra propia creación es encontrar la espiral de transformación y crecimiento.
En muchas catedrales existen laberinto diseñados para invitar a los creyentes a hacer el viaje interior hacia Jerusalén, el más conocido es el laberinto de la Catedral de Chartres (Francia) y su copia en la Catedral de San Francisco.

Para este ejercicio he tomado el laberinto de Shasta, En estados Unidos, es un laberinto de un solo sendero que conduce al centro, en él nadie se pierde pues no tiene caminos falsos. Una vez en el centro invita a la salida haciendo el mismo recorrido. Quise ubicar en algunas partes claves un día de la creación para detenerse, colocar allí una piedra que simbolice la ofrenda de ese día. Cada día se ofrece algo de mi existencia:

1.      el orden de mi vida,

2.      su purificación,

3.      su poder para generar vida,

4.      los astros que me acompañan,

5.      la vida que he generado

6.      el Adam que me habita, lo masculino y lo femenino en mí.

7.       La plenitud de mi vida, el encuentro con Dios.


Si deseas ver el laberinto de Shasta ve a las imágenes que están a tu derecha en el blog.

El camino hacia adentro facilita la peregrinación hacia nuestro interior, la búsqueda de la comunión y conexión con nuestro Dios. El espacio central es un lugar de meditación, contemplación y recepción de la conexión con la Unidad. El camino de vuelta, hacia afuera, conduce a la integración de las vivencias y sensaciones de la unión con el poder del Amor de la Unidad.
“Se afirma que si el laberinto se recorre con la mente y el corazón abiertos, se convierte en un espejo que responde a las preguntas acerca de quiénes somos y dónde estamos en nuestra actual vida”.

El laberinto es el camino hacia nuestro propio Centro