lunes, 16 de junio de 2014

YA CONOCEN EL CAMINO PARA IR A DONDE YO VOY


CAMINO,  en hebreo “DeReK”.

 
Es interesante que el capítulo 14 del evangelio de Juan nos conduzca por la espiritualidad del camino, dimensión importante en la vida de todo aquel que se fija metas y busca ir más allá de lo meramente inmanente hacia lo trascendente.

La palabra camino hace verdaderamente sendero a lo largo y ancho de la Escritura, aparece 244 veces en el Antiguo Testamento y 55 veces en el Nuevo, para un total de 299 veces. El libro que más la emplea es Isaías, 30 veces.
Como toda palabra hebrea ella tiene varios significados: DeReK expresa a la vez ruta, vía, lo que se acostumbra, lo que se vive de ordinario, un asunto que se realiza. Es decir el camino es algo conocido, aprendido, algo que ya está inscrito en el corazón del hombre, de ahí que sea él quien deba optar por la vía a seguir. 

HACIENDO SENDERO CON EL CAMINO

Sigámosle la pista al camino, de las primeras páginas de la Biblia hasta las últimas busquemos su progreso espiritual:
1. La primera vez que la palabra camino aparece en la Escritura es en Gn 3,23 y la última en Santiago 2,25. La primera habla del camino hacia el árbol de la vida que es cuidado por los ángeles y la segunda del camino por donde Rahab envió a los que perseguían a los espías judíos. Estos dos caminos guardan en la Escritura la vida y la historia de un pueblo, el pueblo elegido.

2. El llamado de Dios a Abraham es un imperativo, Lek-Lekah en hebreo, es decir sal hacia ti mismo Gn 12,1. Esta es la vocación del creyente salir para entrar ante todo en sí mismo y emprender la marcha de la fe.
3. Poco a poco la palabra camino se convierte en la imagen para hablar de la Torah, de la ley que se debe seguir; del sendero que lleva a la plenitud de la vida y de la alianza. El salmo 119 lo resume de manera hermosa en los versículos 33 al 36. En el Deuteronomio y en Josué cuando se le pide al pueblo no desviarse ni a la derecha ni a la izquierda de la Ley se evoca la imagen de camino que conduce al encuentro del pueblo con su Dios y a Dios al encuentro con su pueblo. 

4. Los profetas y en especial Isaías emplean la palabra camino, este comienza a significar el lugar que ayuda a preparar la llegada del Mesías.
5. Jesús es el Maestro que siempre está en camino, él mismo se denomina en el evangelio de Juan el Camino. Los evangelistas nos hablan de un camino ancho que conduce a la perdición  y de otro estrecho (Mt 7,13-14) que nos lleva a la salvación. Bíblicamente el camino ancho es el camino de otras religiones que atrae a los primeros cristianos, mientras que el camino angosto es el camino ya trazado, preparado desde la primera alianza y continuado en la segunda, un camino que lleva a la vida, un camino ya arreglado y dispuesto pero que muchas veces nos cuesta percibirlo. El uno o el otro son cuestión de opción y de seguimiento.

6. De un lugar físico se pasa a una persona, el camino se convierte en una persona: Jesucristo. Si ya san Juan nos dice que Jesús es el camino, los Hechos de los Apóstoles denominaran a los seguidores de Jesucristo, los seguidores del Camino. Los discípulos del DeRek  en Hechos 9,2, son llamados por primera vez los “secuaces del Camino”, son los predicadores del Camino de la salvación Hch 16,17 (ver también Hch 18,25-26; 19,9.23; 22,4; 24,12.22).
Camino para los judíos viene a significar la forma de vida querida por Dios y conformada a la ley. Cuando Lucas en los Hechos aplica este término al cristianismo está afirmando que este nuevo movimiento religioso continúa y supera la vivencia que agrada a Dios y que no se aparta de la ley verdadera.

7. En los Hechos de los apóstoles el Camino, persona, se convierte en una comunidad, la Iglesia.
Los seguidores del Camino se convierten en Cristianos, en asamblea que camina tras las huellas de Jesucristo, camino verdad y vida. Los primeros cristianos comprendieron que el seguimiento del Maestro los lleva ponerse también en camino, a ser itinerantes, prontos para partir a evangelizar.  El camino como vía, mensaje y estilo de vida es inherente al creyente en Jesucristo, no se concibe un discípulo estático y sedentario. Nuestra vocación es la de estar en siempre en camino.
PENSEMOS EN NUESTRO PROPIO ITINERARIO
Caminar es el más universal y antiguo de los ejercicios, es la manera más fácil de serenarte y una manera de meditar. Revisa tus caminadas y tus caminos:
¿Sabes por qué y para qué caminas?
¿Cómo caminas?
¿Con quién caminas?
¿Sigues al Camino y haces camino con él?

 
UN POEMA PARA MEDITAR
Aunque esté lleno de baches y piedras
y tenga infinidad de curvas,
aunque vaya por colinas y valles
y sean frecuentes las pendientes,
aunque sea estrecho y sin césped,
unas veces polvoriento, otras lleno de barrizales,
voy por él siguiendo tus huellas,
soñando utopías,
buscando sombras,
anhelando metas,
disfrutando la experiencia.
Y tu, que vas por delante,
te me revelas y ofreces cada día
como camino, verdad y vida.
Florentino Ulibarri