“El
hombre no está en pie ni por su riqueza,
ni
por su sabiduría, ni por su fuerza.
¿Qué
cosa es entonces lo que lo hace estar en pie?
SU
ORACIÓN”
Midrash Tehillim 142,1
Salmo
16, oración del consagrad@ al Señor
1Protégeme, Dios
mío, que en ti está mi refugio.
2 Yo digo al Señor:
Dueño mío, tu eres mi Bien, nada puede compararse a Ti.
3 A los dioses
de la tierra y a los señores en quienes me deleitaba.
4 Que sus desgracias
se multipliquen, que los sorprendan unas tras otras. Yo jamás derramaré libaciones
con mis manos, ni mis labios proclamaran sus
nombres.
5 Señor tu eres
la parte de mi herencia y de mi copa; Tú mismo has echado mi suerte.
6 Las cuerdas
me asignaron una parcela deliciosa, El Altísimo midió mi heredad.
7 Bendigo al
Señor que me aconseja, aun de noche instruye mi
conciencia.
8 He elegido al
Señor como mi guía perpetuo, de su mano derecha jamás me
apartaré.
9 Dios fiel, mi
corazón se alegra, Mis entrañas saltan de alegría y aun mi carne habita al
cubierto,
10 pues no entregarás
mi vida al abismo. Ni dejarás que tu amigo vea el
sepulcro.
11 Me enseñarás
un camino de vida, me llenarás de alegría en tu
presencia, de gozo eterno a tu derecha.
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