lunes, 17 de marzo de 2014

LA MUJER DE SAMARIA

JUAN 4,5-12


 

Hagamos esta Lectio teniendo en cuenta 7 momentos y siete grupos de  palabras que aparecen en el texto.  Iniciemos situando los distintos momentos del pasaje: encontramos una introducción, que nos ubica en el espacio y el tiempo, una conclusión final y entre estos dos hallamos 5 diálogos.

En el texto encontramos ocho grupos de palabras de gran relevancia:
1.     La mujer samaritana o de Samaria o simplemente la mujer (14 veces)
2.     Adorar (10)
3.     Jesús (7)
4.     Agua (8)
5.     Pozo (4)
6.     Marido (5)
7.     Comer (3)
      8.  Cristo (2) – Mesías (1) Rabbí (1) – Salvador (1)  



1. UBICACION DE LA ESCENA: Samaria, Sicar, pozo de Jacob, medio día.


5 Llega, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca de la heredad que Jacob dio a su hijo José. 6 Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, como se había fatigado del camino, estaba sentado junto al pozo. Era alrededor de la hora sexta.

2. PRIMER DIALOGO: tema central: el agua
 
7 Llega una mujer de Samaria a sacar agua. Jesús le dice: «Dame de beber.»
8 Pues sus discípulos se habían ido a la ciudad a comprar comida. Le dice a la mujer samaritana:
9 « ¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana?» (Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.)
10 Jesús le respondió: «Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: “Dame de beber”, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva
11 Le dice la mujer: «Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva? 12 ¿Es que tú eres más que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?»
13 Jesús le respondió: «Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed; 14 pero el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna.» 15 Le dice la mujer: «Señor, dame de esa agua, para que no tenga más sed y no tenga que venir aquí a sacarla.»

3. SEGUNDO DIALOGO: tema central: los maridos
 
16 El le dice: «Vete, llama a tu marido y vuelve acá.» 17 Respondió la mujer: «No tengo marido.» Jesús le dice: «Bien has dicho que no tienes marido, 18 porque has tenido cinco maridos y el que ahora tienes no es marido tuyo; en eso has dicho la verdad.» 19 Le dice la mujer: «Señor, veo que eres un profeta.

4. TERCER DIALOGO. Tema central: Adorar
 
20 Nuestros padres adoraron en este monte y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar21 Jesús le dice: «Créeme, mujer, que llega la hora en que, ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre. 22 Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. 23 Pero llega la hora (ya estamos en ella) en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. 24 Dios es espíritu, y los que adoran, deben adorar en espíritu y verdad.»


5. CUARTO DIALOGO: Tema central El Mesías
 
25 Le dice la mujer: «Sé que va a venir el Mesías, el llamado Cristo. Cuando venga, nos lo explicará todo.» 26 Jesús le dice: «Yo soy, el que te está hablando.»
27 En esto llegaron sus discípulos y se sorprendían de que hablara con una mujer. Pero nadie le dijo: «¿Qué quieres?» o «¿Qué hablas con ella?»
28 La mujer, dejando su cántaro, corrió a la ciudad y dijo a la gente: 29 «Venid a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será el Cristo30 Salieron de la ciudad e iban donde él.

6. QUINTO DIALOGO: Tema central: la comida
 
31 Entretanto, los discípulos le insistían diciendo: «Rabbí, come.» 32 Pero él les dijo: «Yo tengo para comer un alimento que vosotros no sabéis.»
33 Los discípulos se decían unos a otros: «¿Le habrá traído alguien de comer34 Les dice Jesús: «Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo su obra. 35 ¿No decís vosotros: Cuatro meses más y llega la siega? Pues bien, yo os digo: Alzad vuestros ojos y ved los campos, que blanquean ya para la siega. 36Ya el segador recibe el salario, y recoge fruto para vida eterna, de modo que el sembrador se alegra igual que el segador.
37 Porque en esto resulta verdadero el refrán de que uno es el sembrador y otro el segador: 38 yo os he enviado a segar donde vosotros no os habéis fatigado. Otros se fatigaron y vosotros os aprovecháis de su fatiga.»

7. CONCLUSION
 
39 Muchos samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por las palabras de la mujer que atestiguaba: «Me ha dicho todo lo que he hecho.»
40 Cuando llegaron donde él los samaritanos, le rogaron que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días. 41 Y fueron muchos más los que creyeron por sus palabras, 42 y decían a la mujer: «Ya no creemos por tus palabras; que nosotros mismos hemos oído y sabemos que éste es verdaderamente el Salvador del mundo.»



Sin duda la gran protagonista es la mujer de Samaria que aparece 14 veces. El evangelista pretende darle relevancia. Ella en su número supera al pueblo de Israel cuya cifra es 12. Por ello la samaritana no representa solo una mujer que encuentra a Jesús, ella es la representante de un pueblo: Samaria que busca al Mesías.

El pozo: es el lugar amoroso por excelencia en la Biblia, el lugar de los grandes encuentros que marcaron la historia de los patriarcas y sus esposas. El encuentro de Jesús y el pueblo de Samaria se lleva a cabo en un diálogo amoroso que avanza cada vez más en profundidad.

El agua signo de vida y renacimiento es el tema central del 1er diálogo. Es una necesidad en los dos enamorados, ambos quieren beber y ambos quieren ofrece agua. El diálogo avanza en profundidad. Empieza a tocar lo secreto del corazón…

Así se llega al 2º diálogo. Un tema fuerte en las relaciones amorosas, la infidelidad. Los maridos significan los ídolos y Samaria sabe bien que ella ha tenido más de cinco Baales (2Re 17,24-41). Pero tiene como merito que es una mujer en búsqueda del Mesías, quien espera encontrar su verdadero y definitivo marido y señor.

Y seguimos avanzando en profundidad. De los maridos vamos al culto, hay mucha relación en la secuencia. La palabra adorar que aparece 10 veces. Está ubicada en el eje del texto, en la sección central. Nos indica que algo hay que profundizar a nivel del culto. Y nos brinda una frase de Jesús justo en el corazón del pasaje: porque la salvación viene de los judíos.

De nuevo la búsqueda de Samaria: encontrar al Mesías, esperarlo... Mesías en hebreo y Cristo en griego hacen referencia a la misma esperanza. Samaria lo reconoce y así lo anuncia a sus hermanos

Mientras los propios discípulos hasta ahora solo lo reconocen como Rabbí, es decir maestro, pero aun no han avanzado en profundidad.

Parece que cuando algo no entiende los discípulos se quedan en temas de comida, recordemos a Marcos 8,13-21. Pero Jesús busca como llevarlos más lejos de la simple comida material.

La conclusión es maravillosa, el pueblo de Samaria acoge a Jesús dos días entre ellos, lo reconocen y le dan el gran título que Él ya porta en su nombre Jesús es decir el Salvador del mundo.

El pueblo de Samaria acoge al salvador pues está atento a su Palabras y cree en Él. 


Para terminar valdría la pena preguntarnos, por nuestro propio itinerario de fe. ¿Avanzamos en profundidad? ¿Reconocemos verdaderamente en Jesús de Nazaret al Salvador del mundo, al Mesías?

viernes, 28 de febrero de 2014

CUARESMA: TIEMPO DE SANACION INTERIOR

Todos necesitamos tiempo para sanarnos, tiempo para recuperar fuerzas,
tiempo para entrar en nuestro interior y encontrarnos con nosotros mismos.
A este tiempo lo llamamos retiro, silencio y soledad.
 
¿Y si hoy lo llamáramos
tiempo de sanación, tiempo de cura?
 
 
Pero ahora, retorna a mí de todo corazón …
Rasga tu corazón y no las vestiduras,
retorna al Señor tu Dios
que es compasivo y clemente,
paciente y misericordioso…      
Joel 2,12-13



Podríamos emplear también el concepto de cuarentena, que es la acción de aislar o apartar a personas, animales u objetos durante un período, para evitar o limitar el riesgo de que extiendan una determinada enfermedad contagiosa.
 
Entrar en cuarentena es, entonces, darnos un tiempo para ver qué nos aqueja, qué nos enferma y procurarnos medios para sanarnos y así poder estar junto a los otros y a su servicio.
 
La Escritura nos brinda ejemplos de amigos de Dios que pasaron por una cuarentena para sanarse espiritualmente y luego ser de nuevo introducidos en medio de la comunidad. Tomemos dos casos relevantes:
 
Myriam, la hermana de Moisés y de Aarón en Nm 12
Y Pablo en Gal 1,11-17
 
Myriam y Pablo, una mujer y un hombre, ella de la Primera Alianza y él de la Segunda Alianza, ambos personas influyentes en sus comunidades y buscadores de Dios. Llegan en un momento de su existencia a desviarse del camino.
 
Por ello necesitan alejarse y hacer lo que el judaísmo llama Techuvah, retorno a si mismos para encontrarse con ellos mismos, ver en qué punto están de su vocación y en qué han fallado con relación a la comunidad. Este encuentro con ellos mismos los lleva a encontrarse con el Señor.
 
Para Myriam es una imposición de la comunidad, para Pablo es una decisión personal. Pero ambos responden a este llamado y son sanados. Sólo después de este tiempo, de esta cuarentena, que puede durar menos o más días, según el caso de cada uno, pues para Myriam son siete días y para Pablo tres años, cada uno de ellos se reintegra a la comunidad.

 
La liturgia de la Palabra del Miércoles de ceniza, en Mateo 6, con la cual abrimos el tiempo de Cuaresma, nos ofrece una serie de herramientas para vivir nuestra CUARENTENA INTERIOR.
 
1. La limosna Mt 6, 2-4
2. La oración Mt 6, 5-7
3. El ayuno  Mt 6, 16-18

Tres medios, o podrimos decir curas, para fortalecernos interiormente y alejar los virus y las enfermedades contagiosas que muchas veces nos impiden vivir en comunidad.

Estas tres herramientas de la vida interior en la Biblia tienen como único objetivo el ayudarnos a desapegarnos, a soltarnos de los que nos ata y nos hace pesada la existencia propia y nos hace hacérsela pesada a otros.

El apego nos hace sufrir inútilmente, quizás nos da seguridad pero al final nos enceguece. Vivimos apegados a nosotros mismos, a nuestras ideas, a personas y a cosas que nos roban energías y ganas de vivir. Los apegos obnubilan y destruyen. Nos vuelven egocéntricos e incapaces de relacionarnos sanamente con nosotros mismos, con Dios, con los otros y con lo otro. 
 
1. La limosna

La limosna es desprendimiento, en la Biblia es llamada obra de justicia, de rectitud y de piedad. Denota además la virtud de caridad o una caridad especifica hacia el otro. La necesidad de ayudar al necesitado es un mandamiento y es el amor el que la motiva pues es benevolencia. Espiritualmente es una ayuda hacia el otro pero mucho más una ayuda para quien la da, pues invita al desapego, a desasirse, a desprenderse, a soltar. Es una ayuda par que quienes más tienen sientan que es un deber el no atesorar, el no guardar para sí lo que en justicia pertenece a otro que lo necesita.    
 
2. la Oración

Tiempo de encuentro sosegado con el Señor. La base de la oración personal es la certeza de que podemos comunicarnos con nuestro creador, un Dios cercano que se deja buscar y encontrar.
La oración es un medio que también lleva al desapego, a la liberación del ego, pues a través de ella sabemos que somos lo que somos por la gracia de Dios como lo decía san Pablo. En la oración tal como nos invita Jesús el centro lo ocupa el Padre con quien conversamos, nos situamos como hijos y consecuentemente como hermanos de los demás.
 
3. El ayuno

Es una manera de conectarnos con Dios. Es un desapego de algo material que nos lleve a sentir necesidad de Dios. El propósito del ayuno es el arrepentimiento que, si es verdadero, nos lleva a cambiar nuestras acciones. La Escritura combina lo spiritual con lo físico. Los judíos no rechazan lo físico en favor de lo espiritual, sino que reconocen la oportunidad de vivir una existencia física para ejercitar y reforzar la espiritualidad. En este mundo, lo físico y lo espiritual están intrínsecamente entrelazados y debemos utilizar a ambos para posibilitar nuestro máximo crecimiento y cumplir con nuestra razón de ser.
 
Sentir hambre en un nivel físico nos ayuda a acceder al concepto de “deseo” y “necesidad” en un nivel espiritual. Cuando esta herramienta es utilizada, en lugar de ignorada, puede estimular nuestro arrepentimiento. Ayunar también puede ayudarnos a superar el apego, pues se genera una sensación de pérdida y de vulnerabilidad que nos ayuda a ser humildes y a crear sanas relaciones con la comida, las cosas y las personas.
 
PARA REFLEXIONAR
 
La Iglesia nos ofrece este tiempo de Cuaresma como tiempo privilegiado de retorno al Señor. ¿Veo la necesidad de aprovecharlo como una cuarentena y hacer una cura espiritual?
 
¿Veo oportuno el revisar mis apegos y el aprovechar los medios que la palabra me ofrece para avanzar en mi vida espiritual?
 
¿Como comunidad en que deberíamos insistir en esta Cuaresma?
 

 
 

 
 
 




miércoles, 26 de febrero de 2014

PUESTOS A PRUEBA


PUESTOS A PRUEBA
 Por consiguiente quien crea estar firme tenga cuidado y no caiga. Ustedes no han tenido por ahora ninguna prueba que supere sus fuerzas humanas. Dios es fiel y no permitirá que sean probados por encima de sus fuerzas, al contrario, con la prueba les abrirá una salida para que puedan soportarla 1Co 10,12-13. 
 
Pablo ya nos abre a la dimensión teológica del ser probados. Él, que lo experimentó en carne propia sabe que somos probados pero no aniquilados (2Co 4,7-15) y por ello resalta en este texto de 1Co el valor de la prueba como medio para avanzar en la fe, siempre y cuando descubramos en ella la salida. La prueba no es algo excepcional, hace parte de la vida cotidiana.

LA PALABRA PRUEBA EN EL TEXTO HEBREO
En el texto hebreo encontramos la palabra NaSaH, que podemos traducir por probar, tentar, ensayar, provocar.  En español tenemos dos palabras para decir tentación y prueba, mientras que en hebreo solo se tiene una: Nasah, que emplean al mismo tiempo La Tanak, la biblia en hebreo y la LXX, la biblia en griego.

Recordemos que la Escritura nos presenta a Dios bajo dos nombres principales que son al mismo tiempo sus más grandes atributos:

El Señor o Adonay,  que expresa su misericordia y Elohim, el Dios del rigor y la justicia que pone a prueba al hombre y al pueblo.

LA PRUEBA DE ABRAHAM
El creyente en el Dios único es puesto a prueba, y una dura prueba, la de entregar a su hijo único, al prometido, al esperado y más aún al que Dios mismo concedió generosamente.

Y aconteció después de estas cosas, que probó DIOS a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. (Gn 22,1)

Según la tradición judía Abraham paso por 10 pruebas en las que se mantuvo firme:
 
1.       La salida de Ur, deja su propia tierra, dejar su parentela, dejar su casa

2.      La hambruna en Haran

3.      Con Sara en el momento en que le faraón la quiso tomar

4.      De nuevo con Sara frente a Abimelek

5.      Con Lot y la repartición de tierras.

6.      La circuncisión

7.      El ofrecimiento de Isaac

8.     El reenvío de Ismael 

9.      La guerra con los cuatro reyes.

10.  La muerte de Sara.

Estas 10 pruebas son las situaciones de discernimiento por las que pasa todo hombre y mujer que desea convertirse en adorador del verdadero y único Dios, consisten ante todo en el desapego de seguridades sociales: pueblo, parentela y casa, para optar por un Dios Único. La prueba de desapegos personales: Sara, Isaac e Ismael que significan afectos y lazos fuertes a nivel relacional para optar de nuevo por Dios.

Esto no quiere decir que no se pueda amar o que se deba vivir sin afectos ni sentimientos. Es ante todo una invitación a ubicarnos y ver si las relaciones me atan o me dejan libre para andar en búsqueda del Dios Verdadero. 

También Abraham y el creyente son invitados al desapego de seguridades materiales como tierras y ganados para solo optar por la única riqueza que es Dios mismo.
 
Todo esto podría ser comparado con el libro de Job. Hombre rico en seguridades humanas y materiales, que mediante la prueba es llevado al despojo total para poder reconocer al Único y Verdadero Dios. Y poder hacer  al final su profesión de fe.

Te conocía solo de oídas, ahora te han visto mis ojos Job 42,5

 DIOS PUESTO A PRUEBA

Israel creyente es probado en el desierto en tanto que pueblo para saber si en verdad ama la Señor su Dios. El judaísmo rabínico supo resaltar la prueba desde su aspecto positivo, viéndolo como un medio de crecimiento espiritual y humano.
 
No darás oído a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños; porque el SEÑOR vuestro DIOS los prueba, para saber si aman al SEÑOR su DIOS con todo su corazón.  (Dt 13,4) 

En el desierto, lugar del encuentro con la Palabra, Dios prueba a su pueblo (Ex 20,20) y al mismo tiempo su pueblo lo prueba cuando duda de su acción en favor de ellos.

La tradición judía subraya también 10 pruebas en el desierto, pero esta vez quien es probado es Dios por su propio pueblo.

1.       Las aguas amarga Ex 15,22-27

2.      El maná Ex 16,1-3

3.      El agua de la roca Ex 17, 1-2

4.      El becerro de oro Ex 32

5.      La desobediencia de los hijos de Aarón Lv 10,1

6.      El oasis de Cadés Nm 13-14

7.      Las quejas, solo pensaban en comer Nm 11,1-15

8.     La rebeldía contra Dios Nm 14

9.      La rebelión de Coraj, Datán y Abirán Nm 16

10.  El miedo a entrar en la Tierra prometida

La palabra prueba nasah y milagro o signo nes se acercan mucho en hebreo, es como si después de las pruebas acontecieran los milagros o como si estas condujeran al descubrimiento de signos favorables de parte de Dios a sus elegidos y a su pueblo en general. Del Dios probado surgen los grandes signos que ayudaron al pueblo a ir reconociendo al Señor su Dios.
 
Porque tú nos probaste, oh DIOS; nos afinaste como se afina la plata. (Sal 66,10).
 
El judaísmo nos asegura que Dios pone al hombre a prueba, mientras que Satán tienta. Sabiendo que tentación y prueba vienen de la misma palabra diríamos que las dos son necesarias para el crecimiento de una vida creyente.
 
En las tentaciones de Jesús se ponen de manifiesto las pruebas y las tentaciones del pueblo de Israel a través de su marcha por el desierto. Pero al contrario de su propio pueblo, Jesús las supera.

En la oración del Padre Nuestro pedimos a Dios que no nos deje caer en la tentación. No le pedimos que no exista la tentación o la prueba, ella está presente a lo largo de nuestra existencia, lo que le suplicamos es que tengamos la capacidad de discernir frente a ella y de actuar en consecuencia con nuestra vida de fe. 

Como dice San Jerónimo: caer en la tentación no es ser tentado sino ser vencido por la tentación.  Una cosa es ser tentado y otra caer en ella. 

Recurriendo a San Bernardo en su sermón 64 de su comentario al Cantar de los Cantares podemos concluir:  

Aquí estoy para cumplir lo prometido. Agarradnos las raposas, las raposillas que destrozan los viñedos; porque floreció nuestra viña. Las raposas son las tentaciones. Es irremediable que sobrevengan. No recibe el premio sino el que compite conforme al reglamento. ¿Y cómo competir si nadie ataca? Cuando te dispongas a servir a Dios, ten cuidado y prepárate para las pruebas, sabiendo que todo el que se proponga vivir fielmente en Cristo será perseguido. En efecto, las tentaciones son diversas en cada etapa distinta”.

lunes, 20 de enero de 2014

JESUS LLAMA A SUS PRIMEROS DISCIPULOS

LA PRIMERA COMUNIDAD DISCIPULAR EN MARCOS
Marcos 1,16-20

Podemos decir que cada evangelista tiene su intención particular al presentar los textos de llamado o de seguimiento.
Entrando en el evangelio de Marcos, evangelio del camino discipular, es interesante hacer una lectura del llamado de los primeros cuatro discípulos desde las características de los dos grupos de hermanos y desde el simbolismo de sus nombres.
 
Digamos ante todo que discípulo y disciplina vienen de la misma raíz y que por consiguiente podríamos dar la siguiente definición de discípulo:
 
Un discípulo es alguien en camino,
con su maestro, con una disciplina cotidiana,
que le exige disciplina mental, espiritual, comunitaria y misionera.
 
 
Ser discípulo es estar en movimiento, en apertura disciplinada de mente que le permita abrirse a la novedad del Evangelio, en disponibilidad a la acción del Espíritu, en acogida de un estilo de vida comunitario a los pies del Maestro y en actitud misionera que le permita ser enviado.
 
Haciendo la lectura del texto de Marcos vemos que hay dos grupos de discípulos, que aunque hacen el mismo oficio se distinguen:
 
El primer grupo esta conformado por Simón y su hermano Andrés, hombres independientes y que al parecer no dependen de otro, son los dueños de su empresa, de su barca y por consiguiente no están bajo la tutela paterna.
El segundo grupo son los hijos del Zebedeo, Santiago y Juan que al parecer trabajan en la empresa familiar y dependen de su padre.
 
De aquí podemos afirmar que entre los discípulos de Jesús existen seguidores independientes hechos y derechos, y seguidores que están llamados a romper con los lazos familiares. Lo cierto es que tanto unos como otros deben abandonar, dejar trabajo, ganancias, seguridades y romper con los lazos afectivos.
 
Los discípulos del Señor no son hombres que lo siguen porque no tienen nada que hacer ni porque no están unidos a un grupo familiar. Tampoco lo siguen porque no tengan seguridad económica. Al contrario, son hombres que abandonan, que renuncian a un saber hacer, a un tener y a un grupo familiar.
 
Es interesante retomar el versículo 12, que nos dice para qué son llamados. Generalmente traducimos que son llamados para ser pescadores de hombres, pero seria más correcto decir que son llamados para ser pescadores de humanidad. Esta es la misión de todos los discípulos del Maestro, ser trabajadores de humanidad, estar al servicio de la humanidad. 
 
Cada uno de los cuatro llamados nos dice cuáles son las características de los discípulos de Jesús, sus nombres son un programa de seguimiento:
 
Simón en hebreo Shimeon, que traduce El que escucha.
Andrés en griego Andrus, que traduce El humano  
Santiago en hebreo Jacobo, que traduce El protegido de Dios
Juan en hebreo Johanes, que  traduce El Señor da la gracia
 
Haciendo de cuatro uno, diríamos que el discípulo de Jesús es ante todo aquel que desarrolla la capacidad de escuchar, el que es humano, siente la protección divina y sabe que cuanto acontece en su vida es una gracia otorgada por el Señor.